En su fugaz paso por el fútbol argentino, en Boca (perdió el campeonato con Estudiantes) y Vélez, Ricardo Lavolpe se cansó de boquear, fanfarronear y destilar soberbia.
Hoy, el bigotón vuelve al país como director técnico de Costa Rica, que participa de onda por la ausencia de Japón. Lejos de mostrase como si fuera un grande que las sabe todas, cual Bianchi o Guardiola, ahora volvió con la cola entre las patas y se parece a un entrenador de la B.
Digo eso luego de haber visto el planteo claramente conservador, mediocre y defensivo de su simpático equipo frente a la ambiciosa Colombia de Falcao, Rodallega, Teo Gutiérrez y Bolillo Gómez en la hermosa Tacita de Plata de Jujuy.
¿Resultado final? 1 a 0 para los que nos clavaron 5 aquella vez en el Monumental (“Goyco, te comiste todos los amagues”) y el gesto de “cafecito” o “chiquito”, como aquel día en cancha de Racing, fue para el paquete de Lavolpe.
Por lo menos así lo vemos nosotros.
GI
