Habría una teoría,
perpetrada por mí y mis ínfimos conocimientos psicológicos (orientados al psicoanálisis
de Sigmund Freud), en la que Argentina es el claro campeón de la Copa América que
se encuentra en disputa.
Paso a explicar ansioso público: En el Mundial 2002, desarrollado en los recónditos
Corea y Japón, el seleccionado conducido en ese momento por el genio y fenómeno
de Marcelo Bielsa, llegó a la máxima cita como candidato, recontra candidato.
En aquellos tiempos, el equipo demostró una contundente evolución en el tiempo,
es decir, creciendo de menor a mayor, empezando aceptablemente las eliminatorias
sudamericanas y terminando ganándolas por robo, clasificando a la Copa del Mundo
varias fechas antes.
Bueno, y en Corea-Japón, ya sabemos, fracaso total: Verón haciendo tiempo, Bati
llorando, Cavallero que sigue buscando el tiro libre del Svensson, etcétera.
Mi súper teoría psicológica es igual pero inversa a la de 2002: en lugar de
comenzar triunfantemente y terminar naufragando, el conjunto de Sergio Batista
claramente se inició defraudando (1-1 con Bolivia y 0-0 con Colombia) y
finalizará alzando la Copa América, según Freud, Lacan, Robespierre (no sé qué
tendrá que ver) y quien suscribe.
Creer o reventar, pero… pero el diván no se mancha.
GI