DESDE EL DIVÁN
Luego de su conflictiva actuación en el partido All Boys – Racing, Hugo Barrientos decidió comenzar terapia para encontrar los motivos que lo llevan a ser un jugador tan pero tan violento.
Su psicólogo, un verdadero hijo de puta, violó el secreto profesional y nos pasó el registro de los momentos más picantes de las sesiones que el defensor del Albo mantuvo desde el domingo a esta parte. “Tres jornadas difíciles” afirmó el Licenciado luego de una larga charla telefónica con Un Metro Adelantado. Aquí los mejores momentos:
Lunes:
Psico: Sí, contame. Hugo me dijiste ¿no?
Barrientos: Ah bueno, sos sordo me parece. Hugo te dije, pelotudo.
Martes:
Psico: (…) te digo en serio, no pude ver el partido. De todas formas, acá lo que intentamos es profundizar por qué entraste en ese estado de nerviosismo. ¿Existe algo que te genere malestar por fuera del fútbol y que pienses que sin querer lo trasladas a un partido?
Barrientos: No, para nada. Soy un tipo muy tranquilo. A veces me cago a trompadas en la calle o insulto cuando manejo. Qué sé yo… lo normal: cinco o diez bardos por semana. No me vas a decir que no es espectacular la mielina que te corre…
Psico: Adrenalina…
Barrientos: Eso, la adrenalina que te corre cuando metés una buena rosca y salta todo el chocolate del otro… así, maaaaall.
Psico: Bueno, podríamos discutirlo. Pero en líneas generales podría existir una especie de placer producto de un deseo consumado cuando ejercés la violencia.
Barrientos: Ja, ja. ¿Sos loco vos, tigre? Placer te dan las minas. Con este calor andan todas en bolas.
Miércoles:
Psico: Decís que siempre pegas patadas…
Barrientos: Pará, pará. No pego siempre. Por ejemplo, mi hermano juega en otro equipo y no lo parto ni loco.
Psico: Perfecto. Entonces podemos intentar concluir en algo: debería existir un lazo afectivo con tu oponente para que cuides tu manera de jugar.
Barrientos: ¡¿Qué me querés decir?! ¡¿que me la como?!. Tomátela super gay. Lazo afectivo con un choma lo tendrás vos… una más y te dejo sin teclas.
GV