Claro, el Tito no es un DT más, es un estratega, y esta vez lo volvió a demostrar. Su equipo andaba mal, no ganaba y uno de los puntos más débiles era su defensa. Por lo tanto, el buenazo de Pompei decidió meter mano, ¿cambió el esquema? no, ¿puso al Patrón Bermudez? no, ¿contrató a Puyol? menos... la clave fue cambiarle la camiseta a García. Claro, el juvenil arquerito dejó su habitual atuendo negro para ponerse una casaca amarilla furiosa, hiperfluo que encandiló a la delantera rival de tal forma que Quilmes no pudo llegar al área xeneize en todo el partido. Con la valla invicta asegurada, se dedicó a buscar el gol de la victoria que llegó de la mano del interminable, del inigualable, del hombre record, del Titán...Paaaaa ah, no, nono, perdón, del Pichi Erbes.
Por lo menos así lo vemos nosotros.
RC
