El Lobo se plantó y se comió tres… si hubiese salido a atacar, el Tomba le hacía entre 15 y 20 goles. Una demostración de toque, juego y goles en un nuevo capítulo de un Godoy Cruz que hace historia.
El equipo mendocino tiene dentro de la cancha pura magia y en el banco de suplentes, más huevos que nadie. Al turco casi le secuestran a su esposa y el tipo viajó igual a La Plata para apoyar a sus dirigidos. Se fue expulsado, se bancó las puteadas y se llevó tres puntos. Un fenómeno todo terreno.
Por lo menos así lo vemos nosotros.
GV