Sin lugar a dudas, Independiente se trajo un saludable empate desde Colombia. Más que nada por el importante valor que significa vulnerar el arco rival en su propia casa.
Pero, ¿cómo jugó el Rojo?...
Como desde principio de año, aún no se evidencia una idea clara, una marcada identidad, uno observa al Diablo y no se sabe con qué se va a encontrar. Y frente a Deportes Tolima se escribió un capítulo más de tal incertidumbre.
Sobre el comienzo, los conducidos por Antonio Mohamed se parecían al Barcelona de Messi. Con mucha actitud, bien ofensivos, no dejando respirar al rival, parándose claramente en campo oponente.
Tras la conquista de Silvera, de penal, se asemejó al Banfield de Falcioni. Austero, especulador, defensivo, calculando cada movimiento.
El Turco parece darle a Independiente esa impronta oportunista, hace lo que el partido le pide y esa carencia de idea sustentable tiene el riesgo de los infortunios e imprevistos. Es decir, es peligroso andar corriendo detrás de los hechos, disminuye tu margen de acción.
Luego de ese marcado retroceso, los dirigidos por Hernán Torres encontraron la justa paridad gracias a un exquisito taquito de Wilder Medina.
¡1 a 1 y a los vestuarios!
La parte complementaria bajó en intensidad pero no en emociones. Tolima era superior y eso se vio evidenciado en un delicioso tiro libre de Rodrigo Marangoni (¡justo ese apellido!). El confeso hincha del Rojo la clavó en un ángulo.
El encuentro parecía esfumarse con el 2-1, pero el siempre determinante Silvera asistió a Julián Velásquez y el juvenil gritó el empate como si estuviera en la final del mundo.
Resultado final, 2 a 2.
¿Quién quedará adelantado el próximo jueves en Avellaneda?...
Por lo menos así lo vemos nosotros.
GI.
Pero, ¿cómo jugó el Rojo?...
Como desde principio de año, aún no se evidencia una idea clara, una marcada identidad, uno observa al Diablo y no se sabe con qué se va a encontrar. Y frente a Deportes Tolima se escribió un capítulo más de tal incertidumbre.
Sobre el comienzo, los conducidos por Antonio Mohamed se parecían al Barcelona de Messi. Con mucha actitud, bien ofensivos, no dejando respirar al rival, parándose claramente en campo oponente.
Tras la conquista de Silvera, de penal, se asemejó al Banfield de Falcioni. Austero, especulador, defensivo, calculando cada movimiento.
El Turco parece darle a Independiente esa impronta oportunista, hace lo que el partido le pide y esa carencia de idea sustentable tiene el riesgo de los infortunios e imprevistos. Es decir, es peligroso andar corriendo detrás de los hechos, disminuye tu margen de acción.
Luego de ese marcado retroceso, los dirigidos por Hernán Torres encontraron la justa paridad gracias a un exquisito taquito de Wilder Medina.
¡1 a 1 y a los vestuarios!
La parte complementaria bajó en intensidad pero no en emociones. Tolima era superior y eso se vio evidenciado en un delicioso tiro libre de Rodrigo Marangoni (¡justo ese apellido!). El confeso hincha del Rojo la clavó en un ángulo.
El encuentro parecía esfumarse con el 2-1, pero el siempre determinante Silvera asistió a Julián Velásquez y el juvenil gritó el empate como si estuviera en la final del mundo.
Resultado final, 2 a 2.
¿Quién quedará adelantado el próximo jueves en Avellaneda?...
Por lo menos así lo vemos nosotros.
GI.
