CAPÍTULO 2
Luego de haber logrado ingresar oficialmente, prueba mediante, a la quinta división del club Defensores de Cambaceres, Dante Alonso se disponía a acudir el lunes al primer entrenamiento con sus nuevos compañeros de equipo.Ese día fue verdaderamente extraño. Al principio, en la parte física, si bien se realizaba con bastante seriedad y concentración, cada tanto había charlas y sonrisas mayormente digitadas por el capitán de Camba, el volante central, que prácticamente parecía indicar cuándo relajarse y cuándo callarse.
A todo esto, el Zurdo hacía la suya, lógicamente estaba un poco más acompañado por los otros dos que habían quedado de la prueba de la semana pasada, pero primaba en él las ganas de trabajar sabiendo que como “el nuevo” sería observado y no quería regalar nada.
Posteriormente, ese lunes, en el ensayo futbolístico pasó inadvertido. Teniendo en cuenta su extrema habilidad, fue tratado un poco violentamente por los defensores titulares, pero nada del otro mundo.
Las tres semanas iniciales tuvieron una tónica similar para Alonso. Era muy difícil entrar a un grupo armado, pero a fuerza de lo que empezaba a demostrar dentro del campo de juego en los entrenamientos, comenzaba a hacerse conocer y respetar de a poco.
Más aún cuando lentamente prosperó la relación con el central derecho titular, un tal Tambussi, que después de cada práctica volvían juntos por cercanía de las casas. Este chico era uno de los históricos y líderes de la quinta división del club.
Nos ubicamos ahora siete días antes que se inicie el campeonato oficial, tras una dura pretemporada. En los amistosos frente a instituciones de la misma categoría, Dante había mostrado un respetable nivel pero puede dar mucho más.
A una semana, el último encuentro preparatorio, ante el rival de barrio, Villa San Carlos. El partido iba 1 a 1 y el Zurdo lo veía desde el banco de suplentes (el entrenador respeta mucho a los que vienen jugando hace tiempo).
Faltando 10 minutos ingresó a la cancha, para ver si con su habilidad podía generar una gambeta y definir la cuestión.
Restando 60 segundos para el pitazo final, tiro libre en mitad de cancha para Camba. Lo ejecutó Tambussi (el reciente amigo del Zurdo) con destino de arco, ¡a la olla! Tras una serie de rebotes, el balón le quedó a Alonso en la puerta del área: abrió el pie y la pelota se clavó entre el arquero y en ángulo superior derecho. Golazo.
En siete días, primer partido oficial del torneo, ¿formará parte de los once titulares nuestro amigo?
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