Era una cruda y extremadamente fría tarde de mayo en la localidad de Ensenada, Gran La Plata, en el club Defensores de Cambaceres más precisamente.
Con toda la ilusión a cuestas, Dante Alonso y sus 15 años de vida se presentaban en la prueba de jugadores convocada por la institución cuyo equipo milita en la Primera División “C”.Previo a este importante momento para el “Zurdo” (como la mayoría de amigos de Dante lo apodan), hay que comentar que este joven jugó durante todas las categorías infantiles en Luz y Fuerza, club de barrio cercano a su casa.
Las 3 de la tarde era el horario de comienzo de la prueba de jugadores. Se enfrentaban los frecuentes titulares, que ya eran parte oficial de “Camba”, ante 11 aspirantes a ser fichados.
A pesar de estar disconforme por actuar de volante por la banda izquierda, al ser un clásico enganche, Dante venía llevando a cabo una aceptable labor en un cerrado y disputado 0 a 0. Claro, los del club no querían que entre nadie y los “probados” dejaban la vida…
Aproximadamente a 7 minutos del final de la práctica, el Zurdo agarró la lanza. Hizo una memorable diagonal desde la izquierda hacia el centro a pura velocidad y empuje, tiró una pared con el 5 y cerca de la medialuna le dio una exquisita habilitación al 9 que picó a espaldas del líbero. Golazo.
Después de una protocolar charla en la que básicamente agradeció y destacó la performance de todos, el entrenador se disponía a notificar frente a todo el grupo los únicos tres afortunados que ingresarían en forma definitiva a la quinta división de Defensores de Cambaceres.
“Ramírez, Alonso y Estrada, están adentro, el resto muchas gracias”. Frase tan breve pero tan significativa a la vez.
La enorme alegría que le provocó a Dante la noticia se vio expresada claramente en el abrazo interminable con su padre, quien lo había acompañado en este importante día.
Dos días más tarde, el lunes, se tendría que presentar al primer entrenamiento oficial…
CONTINUARÁ…
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